Fray Pablo González Pacheco OFM
Hemos dado a luz, la alegría de la vida que nace para seguir escribiendo la historia
Terminando el año de Profundización del Carisma, durante la última semana, he tenido la gracia de participar de la apertura de la Casa de Misión Fray Juan Bernardo ubicada en Jahapety Caazapá, lugar del martirio de quien fuera en el año 1594, el primer mártir mestizo de la Orden Franciscana en el Paraguay y que en la actualidad se encuentra en proceso de Beatificación. “San Bernardo” como le llaman los lugareños que con fe sencilla y esperanza cierta cada día se acercan a ofrecer sus rezos de agradecimiento y petición de intercesión ante las dificultades de la vida.
El “alumbramiento” de esta vida que nace para nuestra Fraternidad Provincial presente en Argentina y Paraguay y para toda la Orden comenzó con la llegada al lugar, de los dos primeros hermanos que fueron designados para conformar allí la fraternidad: Fray Tomás Acosta y Fray Sergio Soria (7 de febrero).
El proceso de “gestación” fue arduo, implicó desde la creación, presentación y aprobación del proyecto hasta la construcción edilicia de la casa para ser habitada por los hermanos gracias a aportes y donaciones varias.
Al día siguiente de la llegada de Fray Tomás y Fray Sergio, el grupo de coro “Visión Juvenil” de la comunidad, conformado por niños/as y preadolescentes acompañados de familiares, les dieron la bienvenida con un concierto musical, globos, una rica mesa de comidas típicas y muchos anhelos de compartir la vida y la misión con los hermanos.
El trece de febrero festejamos “entre hermanos” en una gran juntada con los frailes de las fraternidades de Asunción y Villarrica. Celebramos la Eucaristía dando gracias al Señor por este nacimiento tan significativo e histórico y compartimos como no podía faltar, el almuerzo al aire libre junto al oratorio dedicado a la devoción de Fray Juan Bernardo.
Junto a la tradición y los Padres de la Iglesia que en el siglo II proclamaron que “la sangre de los mártires es semilla de cristianos” damos gracias a nuestro hermano Juan Bernardo que sigue muy vivo en el corazón del pueblo Caazapeño y nos invita y anima a seguir entregando generosamente la vida como Hermanos Menores en el siglo XXI.
