Quienes Somos
La Orden de los Hermanos Menores
La Orden de los Hermanos Menores, fundada por San Francisco de Asís, es una fraternidad en la cual los hermanos, siguiendo más de cerca a Jesucristo bajo la acción del Espíritu Santo, nos dedicamos totalmente, por la profesión, a Dios sumamente amado, viviendo en la Iglesia el Evangelio según la forma observada y propuesta por San Francisco.
Actualmente en la Provincia Franciscana de la Asunción somos 62 frailes, de los cuales 2 son Obispos y 4 formandos (en etapa de formación), sirviendo en las distintas Obras de evangelización de Argentina y Paraguay: Casas de retiro, parroquias, Iglesias, conventos, basílicas, museos, bibliotecas, colegios, casas de formación y en la propia Curia Provincial.
Los hermanos, seguidores de San Francisco, procuramos llevar una vida radicalmente evangélica, es decir: en espíritu de oración y devoción y en comunión fraterna; a dar testimonio de penitencia y minoridad; y, abrazando en la caridad a todos los hombres, a anunciar el Evangelio al mundo entero, a predicar con las obras la reconciliación, la paz y la justicia y a mostrar un sentido de respeto hacia la creación.
La Orden de los Hermanos Menores, por su propia naturaleza, se compone de hermanos clérigos y laicos. Todos los hermanos, en virtud de la profesión, somos enteramente iguales por lo que se refiere a derechos y obligaciones religiosas, salvo aquellos que del Orden Sagrado se derivan. La Iglesia incluye a la Orden de los Hermanos Menores entre los Institutos clericales.
Incorporados en el pueblo de Dios, atendiendo a los nuevos signos de los tiempos y respondiendo a las condiciones de un mundo en evolución, buscamos tener siempre un mismo sentir con la Iglesia, haciendo propio sus proyectos e iniciativas.
Los hermanos, llevando a una mayor plenitud la consagración bautismal y respondiendo a la llamada divina, nos entregamos a Dios sumamente amado, mediante la profesión de obediencia, pobreza y castidad, según el espíritu de San Francisco.
Las leyes de la Orden de los Frailes menores contempla: el espíritu de oración y devoción. La vida de penitencia. La comunión fraterna. La relación con la Familia Franciscana. Ser pacíficos y humildes, peregrinos y extranjeros en este mundo. De no apropiarse de nada. Trabajar fiel y devotamente. Llamados a evangelizar y misionar donde las hermanas y hermanos lo necesiten. Y finalmente custodiar Tierra Santa por un pedido encomendado por la Santa Sede a la Orden.
Nuestro lema “Paz y Bien”.