“Sacar lo nuevo y lo viejo del tesoro de nuestra casa”

Misión

Un poyecto común para la evangelización

El envío a misionar estuvo presente como rasgo característico de la orden de los hermanos menores desde sus inicios.

Cuando Francisco de Asís se encontraba en los primeros años de su camino de conversión escuchó, en la iglesita de la Porciúncula, la lectura del Evangelio que relata como Jesús a había enviado a sus discípulos a predicar.

A partir de ese momento comprendió cuál era el objeto de su búsqueda y el anhelo más íntimo de su corazón. En ese momento lleno de energía se descalzó, se preparó una túnica de forma de cruz, “pobrísima y burda de modo que el mundo nunca pueda ambicionarla”, se ciñó la  cintura con una cuerda y comenzó a anunciar el reino de Dios.

Invitó a todos “a la penitencia con gran fervor de espíritu y gozo de su alma edificando los oyentes con palabras sencillas y corazón generoso. Su palabra era como fuego devorador penetrante hasta lo más hondo del alma”, señaló su biógrafo Tomás de Celano (1Cel IX 21-23).

La predicación de Francisco es ante todo un testimonio, de su boca sale aquello que previamente ha escuchado y contemplado en la oración.

Su anuncio de Jesús obedece a un amor que busca ser comunicado y tiene como fin atraer a los hombres a la paz y al amor de Dios. En la prédica del Evangelio Francisco reconoce el primado de la vida y el valor del ejemplo sobre la palabra, por eso quiere que sus hermanos prediquen con las obras. 

De dos en dos 

Aconseja a sus hermanos que, cuando van por el mundo, no litiguen ni contiendan con palabras, ni juzguen a los otros; si no sean apacibles pacíficos y moderados y  mansos humildes, hablando a todos honestamente cómo conviene (RegNB 3,10-11).

Tomás de Celano y San Buenaventura, biógrafos del santo de Asís relatan que cuando llegaron hacer ocho hermanos congregados alrededor de Francisco, él los llamó y les manifestó su proyecto de enviarlos de dos en dos a las cuatro partes del mundo. Vayan, les dijo, anuncian la paz a los hombres y prediquen la penitencia para el perdón de los pecados.

Mision

“Y deben gozarse cuando conviven con gente de baja condición y despreciada, con los pobres y débiles, y con los enfermos y leprosos, y con los mendigos de los caminos” (Rnb 9,1-2).

 

“Y deben gozarse cuando conviven con gente de baja condición y despreciada, con los pobres y débiles, y con los enfermos y leprosos, y con los mendigos de los caminos” (Rnb 9,1-2).

“Y deben gozarse cuando conviven con gente de baja condición y despreciada, con los pobres y débiles, y con los enfermos y leprosos, y con los mendigos de los caminos” (Rnb 9,1-2).

Objetivo

“Y deben gozarse cuando conviven con gente de baja condición y despreciada, con los pobres y débiles, y con los enfermos y leprosos, y con los mendigos de los caminos” (Rnb 9,1-2).

“Y deben gozarse cuando conviven con gente de baja condición y despreciada, con los pobres y débiles, y con los enfermos y leprosos, y con los mendigos de los caminos” (Rnb 9,1-2).