Compartimos las palabras de cierre del II Congreso Beato Mamerto Esquiu a cargo de Fr. Emilio Andrada, Provincial de la Provincia Francisana de la Asunción, el 10 de mayo de 2024.
Y así llegamos al final del II Congreso Académico Beato Esquiú – 2024. Quiero hacer un detalle, lo más breve posible, de lo que, en estos pocos, pero intensos días, hemos recibido, y lo hago desde la perspectiva de un participante no erudito en la figura del Beato Esquiú:
Hemos asistido al testimonio de sus primeros biografías, aportadas por sus amigos y condiscípulos, en las que aparecen aspectos personales y sugestivos del beato, en particular su “hidalga pobreza”.
Lo percibimos como alguien amante de Dios y de su Patria, lo valoramos como un hijo de su tiempo, protagonista como ciudadano cristiano protagonista, aportando a la organización nacional, con valores como el respecto a la dignidad de las personas, cuidando su dimensión religiosa, haciéndolo con un perfil profético, especialmente verificable en sus sermones y discursos.
Lo admiramos como mensajero de paz, reclamando de las parcialidades en pugna la abolición del rencor, que es el origen nefasto de las guerras, venganzas y divisiones.
Aunque no fuera un concepto de su época, la ecología integral se ve reflejada en su estilo de vida, obra y palabra. En particular su austeridad personal y su sensibilidad y atención hacia los más pobres.
Lo seguimos en su figura de misionero, inserto en el proceso de renovación de las misiones promovidas por la Iglesia y le Orden Franciscana de su época.
Escuchamos que tuvo lucidez y audacia para proponer a las personas de ciencia la piedad como buena, provechosa, apta para todo, incluso para adquirir tanto la sabiduría como conocimiento, como la sabiduría en cuanto cualidad del espíritu. Una piedad que nos ayudaría a ser mejores en el mundo presente y motivo de esperanza del mundo a construir.
Fue un erudito autodidacta, pero sobre todo, siempre buscando vivir en fidelidad al Evangelio y a la Iglesia, inserto en la realidad de su tiempo, desde su vocación de religioso y sacerdote. Alguien que ofrece unas claves de interpretación de la vida y el hombre desde una perspectiva humanista que busque el desarrollo integral de las personas, privilegiando la dimensión trascendente.
A partir de su correspondencia con su hermano Odorico, nos sorprendimos al asomarnos a su sensibilidad humana, alguien que valora y conserva los vínculos familiares, sin menoscabar su condición de consagrado; deseoso y esforzado para comunicarse, mostrando con transparencia su necesidad de ayuda, de comprensión y consuelo. Y así, lo hemos experimentado aún más cercano a nosotros.
Y su corazón, el que quiso que descansara en Catamarca, encontrado y perdido tantas veces, como que anda dando vueltas por ahí, que nos sigue invitando a que lo sigamos buscando, no tanto quizás a su corazón físico, como al corazón de su pasión más intensa: su incondicional amor a Dios y su Voluntad; su amor, a veces doloroso, a la Patria.

Agradecimientos
Agradezco a todos los que participaron presencial o virtualmente para la realización de este Congreso, en particular a:
- El Arzobispo, Cardenal Angel Rossi SJ, que tuvo la buena decisión de designar al Pbro. Dr. Alejandro Nicola, que fue quien organizó al organizador, cuando me sugirió sistematizar mejor las reuniones preparatorias; además fue quien tuvo a su cargo el área propiamente académica de este Congreso.

- Al Obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanch, que delegó al Pbro. Lic. Oscar Tapia, que fue el que propuso el lema de este Congreso, junto con algunas propuestas que luego fueron muy tenidas en cuenta.
- Muy especialmente agradezco a la Universidad Católica de Córdoba, de los PP Jesuitas, en la persona de su Rector, P. Lic. Andrés Aguerre SJ, que delegó al que fue el principal anfitrión de este Congreso, P. Dr. José María Cantó, con quien experimenté algo que los franciscanos valoramos mucho: la Fraternidad.
- Agradezco a mi hermano en la Orden, Fr. Ronén Espósito Strauss, OFM, porque se puso al hombro la organización desde la Secretaría y Logística del Congreso, con la ayuda de la Secretaria de esta UCC, Mariela Chamorro.
- En fin con todos los demás miembros de la Comisión que, de una u otra forma han colaborado: Ana María Brunas – Dalmacio Mera, que fue quien hizo la primer propuesta de realizar un Congreso académico en Córdoba – Fr. Jorge David Catalán OFM – Lelé Torino – Dr. Manuel Gómez Mendoza – Fr. Pablo Eduardo Reartes OFM – Rosana Triunfetti, encargada de todo lo que fue el área Comunicación auditiva y visual del Congreso – Fr. Marcelo Mendez, Vice Postulador de la Causa de Canonización del Beato Mamerto Esquiú – Lic. Laura Castillo, que colaboró en diversas áreas y como vínculo con las autoridades civiles y eclesiásticas – personal del área comunicación de la UCC – El Sr. Mauro Germán Beccaria, responsable del Streaming del Congreso – El grupo de teatro Laudato Si´ en la persona que lo dirige, la Lic. Gissela Gassmann – Al superior de la Casa de la Compañía de Jesús, que nos permitió visitar el lugar donde se guardan los restos de Fr. Fernando de Trejo y Sanabria – la Lic. Nora Rajevic, que nos hizo recorrer lugares significativos de la vida de Esquiú – En particular, al Guardián y Fraternidad franciscana de Córdoba que han hospedado a varios de los congresistas.
Termino con un deseo: que se produzca pronto el milagro de Esquiú, o más bien dos milagros: Uno que sirve para su canonización y en eso estamos con el Vice Postulador, y el otro el que se refiere a nuestra Patria, que se produzca el milagro de la tan ansiada unidad de los argentinos. “La unidad es superior al conflicto”, nos recuerda el papa Francisco. Ojalá podamos, como nación, comprenderlo, y, aunque sea trabajoso, emprender el camino en esa dirección. Que el Beato Esquiú interceda por nosotros. Que así sea. Gracias.
Te puede interesar mensaje del Cardenal Ángel Rossi al culminar el Congreso