El día viernes 18 de junio de 2021, entre el Obispado de Merlo – Moreno, representado por el obispo Mons. Fernando Carlos Maletti; y la Provincia Franciscana de la Asunción de la Ssma. Virgen del Río de la Plata, representada por el Ministro provincial, Fr. Emilio Luis Andrada OFM, se firmó un convenio por el cual el Obispado de Merlo – Moreno asume la cura pastoral de la Parroquia San Antonio en la localidad de Padua, Provincia de Buenos Aires. Tal convenio es fruto de que la Orden franciscana no puede continuar brindando la debida atención pastoral de la Parroquia, por falta de propios sacerdotes.
Las conversaciones habían comenzado en octubre de 2019, en las cuales se le informaba a Mons. Maletti que tal decisión se tomaba por la escasez de hermanos, el alto promedio de edad y estando buena parte de ellos en situación de atención permanente en la enfermería de la entidad, situación que le hacía imposible atender gran parte de las parroquias que tiene asumidas en varias provincias de Argentina y Paraguay. Mons. Maletti, si bien lamentó la situación, se mostró, desde un inicio, dispuesto a colaborar con un tiempo de transición en el que los fieles de Padua pudieran experimentar, sin tropiezo, el paso de una entidad a otra. Si bien esa fue la intención, la sobrevenida pandemia del Covid-19 produjo una alteración en el culto, como todos lo sabemos.
No obstante, el 25 de abril de 2021, anticipadamente a la firma del convenio, tuvo lugar la puesta en posesión del nuevo párroco del clero de la Diócesis de Merlo – Moreno, el Pbro. Leonardo Andrés Maggiorini (Informe y Fotos). En la misa concelebrada, presidida por Mons. Maletti, el Ministro provincial franciscano hizo una breve reseña histórica de la presencia franciscana en la localidad de San Antonio de Padua. Si bien estaban desde antes, como parroquia, comenzó a prestar su servicio desde el 12 de junio de 1942, que fue cuando el entonces Arzobispo de La Plata, Mons. Chimento, declaró al templo como iglesia parroquial.
Fueron 79 años, con 18 párrocos franciscanos, de servicio parroquial ininterrumpidos, en los cuales se favoreció la urbanización de la zona, la atención del número creciente de fieles, la educación por medio del Centro educativo San Antonio de Padua.
Este es el momento de rezar, de tener confianza, de pedir por las vocaciones laicales, religiosas y sacerdotales, para que venga a nosotros un nuevo tiempo promisorio.