20 de septiembre de 2025
Cronistas: Fray Roque Javier Vázquez Benítez OFM – Fray Juan Sosa Guzmán OFM
La jornada comenzó con el regalo silencioso de la naturaleza: una lluvia suave que purificó el ambiente y dio paso a un desayuno compartido entre los hermanos. En medio de la calidez de las conversaciones, se tejieron reflexiones sobre lo vivido en la semana, con gestos de cercanía y escucha fraterna. El ambiente fue distendido, marcado por la fraternidad que se va consolidando día a día.
Posteriormente, se celebró la Santa Misa presidida por el Ministro Provincial, Fray Emilio Andrada OFM, junto a su definitorio. En el momento de la comunión, el Presidente del Capítulo, Fray Wanderley Gomes de Figueiredo OFM, dirigió unas palabras de gratitud por la presencia de las religiosas y los laicos durante esta primera semana. Inspirado en la lectura del día, referida a la boda de Caná, expresó: “El vino nuevo son ustedes, hermanas y hermanos laicos, para cada uno de los frailes.” Con este gesto, reiteró el agradecimiento entregando un obsequio en nombre de la Provincia Franciscana de la Asunción de la Santísima Virgen María del Río de la Plata. El gesto fue recibido con emoción y gratitud por parte de quienes acompañaron el capítulo desde su dimensión laical y religiosa.
Finalizada la celebración, se despidió a las hermanas y hermanos laicos. Los frailes fueron convocados por el Secretario del Capítulo, Fray Marcelino Aquino Correa OFM, a la sala capitular. Una vez reunidos, se procedió al llamado de lista y a la lectura del acta del día anterior, como parte del orden institucional que sostiene el ritmo del capítulo.
Se propuso entonces el trabajo bajo la metodología del World Café Franciscano, iniciativa de la Secretaría en coordinación con el Presidente del Capítulo. Esta dinámica permitió el trabajo en grupos, favoreciendo el diálogo abierto, la escucha activa y la construcción colectiva de propuestas. Los frailes se distribuyeron en mesas, compartiendo reflexiones sobre los desafíos y horizontes de la vida provincial.
El almuerzo fue un espacio de encuentro fraterno, donde las conversaciones fluyeron con espontaneidad. Luego, se ofreció un tiempo de descanso, necesario ante la intensidad del itinerario. En paralelo, algunos hermanos disputaron un partido de fútbol, expresión lúdica de la fraternidad y del gozo compartido en lo cotidiano.
Por la tarde, se vivió un momento profundo de adoración al Santísimo. Cada hermano se dispuso ante Dios en silencio, en un tiempo cargado de expectativas, encuentros y esperanza compartida. La oración personal se entrelazó con la oración comunitaria, generando un clima de recogimiento y apertura espiritual.
El Secretario del Capítulo volvió a convocar a los capitulares. Se realizó el llamado de lista y se animó a continuar el trabajo en grupos, retomando las reflexiones iniciadas en el World Café. El ritmo del trabajo fue sostenido por el compromiso de los hermanos, que se mostraron disponibles para el discernimiento colectivo.
Al caer la tarde, los frailes se unieron al rezo de la Iglesia en las vísperas, elevando su oración comunitaria como signo de comunión y servicio. El canto y la plegaria marcaron el cierre espiritual de la jornada.
La cena fue vivida como espacio de descanso y diálogo. Luego, se abrió un momento lúdico donde algunos hermanos compartieron el tradicional juego del truco argentino, acompañados de café, té y conversaciones amenas. Este tiempo informal reflejó la riqueza del encuentro y la fraternidad viva. La jornada concluyó con el descanso del cuerpo y del espíritu, en un clima de gratitud por lo vivido y de esperanza por lo que vendrá.